jueves, 19 de febrero de 2015

Etapas del amor romantico.

De acuerdo a los sociologos y a los sicologos del desarrollo, todas las relaciones afectivas estan supeditadas a una serie de situaciones que como todo en la esfera de lo humano, tiene unos procesos determinados por las condiciones psicologicas, ecónomicas, culturales, educativas  de cada uno de los amantes así como de la sociedad y  del ambiente. No todas tienen la misma duración en cada uno de los periodos pero indistintamente, las relaciones llegan a atravesar sino todas, gran porcentaje de las siguientes etapas: 

1) Predisposición Amorosa

Esta etapa traduce un estado de disposición afectiva,  en el cual el individuo sintiéndose apta para amar, se ve delante de la posibilidad efectiva de encontrar a alguien para compartir, con aquel o aquella, algo muy especial e indescriptible, que se llama amor, pero ¿qué es es el amor? este tiene muchas deficiones, Ortega (1985) define el enamoramiento como “un estado anómalo de la atención”, “un estado inferior del espíritu”, o una “imbecilidad transitoria”. Por su parte Erich Fromm cuestiona: ¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte?
 Así pues en este estado de predisposición  la persona se imagina disfrutando de este sentimiento como algo deseable, sublime y gratificador en los moldes estereotipados como suele pasar en telenovelas y películas románticas, el individuo predisponible a amar idealiza a alguien con un cierto perfil y entra en campo dispuesto al encuentro de su alma gemela, con enorme ansia por intimidad y compañerismo. Poniendo en acción su poderosa “antena direccional” en busca de satisfacer sus carencias psico-afectivas y sexuales con aquella persona que también desea amar y ser amada, mas que aun no conoce.

2) Apasionamiento (La pasión)

¡Éste es un momento mágico en  la relación afectiva! Sucede que se han dado las condiciones para llegar a desarrollar sentimientos hacia otras personas, para ello se requiere se se den una serie de condiciones que favorecen la atracción:

I. Proximidad: En general, un contacto repetido incrementa la relación interpersonal. Esto es analizado de forma que, cuando hay una exposición repetida a nuevos estímulos, se provoca una evaluación más positiva de estímulos.
Esto es analizado por Zanjonc, la idea es que ante estímulos nuevos las personas se sienten incómodas (y ante personas nuevas) pero con una exposición repetida esos sentimientos de ansiedad disminuyen, y esa persona o estímulo comienza a ser familiar.
Puede surgir de forma consciente o inconsciente cuando se habla de un condicionamiento subliminal de forma que la persona no percibe de manera consciente la presencia del estímulo. Esto es más efectivo que el primero (consciente). Cuando nos encontramos en la forma consciente, el estímulo resulta atractivo porque se convierte en familiar, pero en el segundo caso la reacción positiva se atribuye el agrado más que al familiar.
Este fenómeno inicial (el de Zanjonc), de que la exposición repetida aumenta la simpatía por ese estímulo no se da cuando el estímulo inicial provoca una reacción muy negativa.
Por otra parte, los estudios realizados en cuanto a la proximidad domiciliaria sugieren que a medida que disminuye la distancia física en la que conviven las personas, se desarrollan más relaciones positivas y, por tanto, existe una correlación entre distancia y atracción. Esto parece dar a entender que la proximidad lleva a la atracción, pero puede que no sea así y que exista otra variable, como son las características similares de las personas (raza, clase social, cultura,...) que sea lo que condicione esta atracción de forma que estas características pueden ser la causa de la proximidad o incluso de la atracción.
Por último también se analiza la relación existente entre afecto y atracción de forma que nuestro estado emocional influye en nuestra percepción, cognición, motivación, toma de decisiones, e incluso en los juicios que emitimos sobre las personas.
El término afecto se refiere a las emociones o sentimientos; y las dos características principales del afecto son:
- La intensidad, es decir, lo fuerte o débil que sean las emociones.
- La dirección, es decir, la emoción sea positiva o negativa.
Según esto, el afecto influye en la atracción de dos formas:
1. La primera por acción directa de las personas, es decir, según lo que haga o diga la persona nos resultará más o menos agradable, ya que activará nuestro afecto positivo o negativo.
En investigaciones sobre lo que la gente dice cuando intenta conocer a alguien y entablar contacto con él, la respuesta más positiva es hacia las personas que dicen frases sencillas y directas. Sin embargo lo que peor funciona es hacia las personas que intentan ser graciosas y poco serias.
2. La segunda por acción indirecta de las personas: una persona resulta más o menos simpática según se asocie con afectos positivos o negativos, es decir, experiencias recientes, pensamientos o sensaciones físicas que tiene la otra persona, de forma que si da la casualidad de que en situaciones la otra persona está presente se asocia de forma positiva, y si es al revés se asocia de forma negativa.
Esto se basa en el condicionamiento clásico, que dice que, cuando un objeto actitudinal o persona se asocia con un estímulo que provoca sentimientos negativos o positivos, el observador desarrolla actitudes positivas o negativas hacia el objeto.
A nivel teórico existe un modelo de atracción que se denomina Atracción Centrada en el Afecto. Byrne postula que el énfasis que se pone en el afecto para explicar la atracción no significa que los procesos cognitivos no estén presentes. (Explicación en fotocopias.)
En este modelo, además del afecto, existen características observables de la persona que provocan reacciones cognitivas, y que a su vez también actúa el afecto positivo o negativo; por tanto, implica mayor o menor atracción.



  • CONOCIMIENTO INTERPERSONAL
  • El hecho de que una persona entre en contacto con otra, sea conocido superficial o pase a un conocimiento más profundo, va a depender de dos factores:



  • De necesidad de afiliación de la persona: respecto a esto existe una necesidad de afiliación como rasgo y otra de afiliación como estado.

    • En la afiliación como rasgo las personas se diferencian en ese rasgo afiliativo, que es estable y constituye el carácter, de forma que las personas con una necesidad de afiliación débil normalmente prefieren estar solas, y sin embargo, las que tienen una necesidad de afiliación fuerte intentan entablar contacto con los demás siempre que pueden (coincide son personas introvertidas y extrovertidas, respectivamente).
    Los diferentes tipos de necesidades de afiliación como rasgo, o dicho de otra forma, los distintos motivos básicos para sentir esta relación o interacción con los demás son los siguientes:
    1. Estimulación positiva: una persona siente necesidad de estar con gente en determinadas situaciones a fin de experimentar estímulos que necesita.
    2. Apoyo emocional: cuando algo va mal la persona se rodea de gente para sentirse mejor.
    3. Comparación social: normalmente es cuando no estás seguro de tu comportamiento o de la forma en la que estás actuando, en ese sentido te rodeas de gente para compararte con ellos.
    4. Para recibir atención y elogios de los demás.
    • La afiliación como estado, surge ante situaciones especiales que tienden a unir a las personas, y ante acontecimientos fuera de lo común, tales como atentado, etc.
    B) Reacciones ante las características observables: respecto a esto es muy importante la primera impresión de las personas, es decir, la sensación que nos produce, positiva o negativa, una persona que acabamos de conocer, y aquí nos dejamos llevar por los estereotipos. Estos estereotipos son predictores de “mala calidad” de la conducta de las personas. Pero con mucha frecuencia reaccionamos ante los demás basándonos en creencias incorrectas de sus características superficiales; aquí lo más analizado es el atractivo físico, ya que es el principal determinante del agrado, pero ¿por qué el atractivo físico lleva a la atracción?

    II Atractivo fisico: Si nos basamos en el modelo centrado en el afecto, de Byrne, las personas con buena apariencia activan un afecto positivo, y por tanto conduce a una atracción.
    Con respecto a los estereotipos existentes sobre el atractivo, la gente tiende a creer que los hombres y mujeres atractivos son más sociables, más independientes, más dominantes, más equilibrados, con más éxito, y con mayores habilidades sociales (estudio realizado por Dion). Pero en realidad esto no es cierto, es un estereotipo.
    Según Johnstone y O'Grady las únicas características que realmente están asociadas al atractivo físico son dos: popularidad y habilidades interpersonales. Esto se debe a que estas personas atractivas le caen mejor a la gente, resultan más simpáticas y por tanto, les tratan mejor. Esto ocurre desde la infancia, es un tema de condicionamiento y de ambiente.
    Lo cierto es que el atractivo físico y el canon de belleza social es algo que está demasiado extendido y hay muchos prejuicios en torno a este tema. Esto hace que la gente se preocupe de su apariencia. Por otra parte que haya miedo a que te juzguen negativamente; aquí surge lo que se denomina ansiedad de apariencia.
    Cuando se habla de atractivo físico debemos preguntarnos qué se considera atractivo físico en una persona, o qué rostros se consideran más atractivos que otros. El rostro atractivo es el que representa la media aritmética de los detalles de muchos rostros; y esto supone que resulte atractivo por la familiaridad; también lo es el que resulta más simétrico, ya que la simetría favorece el atractivo.
    El atractivo no se considera de forma aislada, por tanto, cuando se emiten juicios también hay que considerar los factores situacionales presentes, es decir, con quién se compara esa persona, y los momentos en los que lo comparas.
    Además del atractivo general hay otros indicadores que suscitan respuestas emocionales y de las personas, lo cual también sugiere estereotipos (tipología de Sheldon).



  • RELACIÓN DE AMISTAD

  • Para que se dé una relación de amistad entre dos personas es necesario que exista comunicación y que surjan dos condiciones: semejanza y reciprocidad.

    III LA SEMEJANZA:

    En primer lugar encontramos la Semejanza de Actitudes: muchos estudios encuentran que personas emparejadas tienen una mayor semejanza de actitudes, creencias, valores e intereses. Esto puede deberse a que esa semejanza de actitudes provoca una atracción entre las personas o a que existen otras causas que producen atracción y posteriormente surge el desarrollo de actitudes similares.
    Por otra parte, en la relación surgen temas de conversación y cada persona expresa sus preferencias, de manera que según los temas tratados podemos encontrar que se está de cuerdo en una gran parte o en pocos temas y se puede establecer el porcentaje de acuerdo.
    Cada persona, en una interacción, evalúa a la otra parte basándose en la proporción de actitudes semejantes que se expresan, independientemente del número total de temas. Cuanto mayor sea la proporción, mayor será el agrado. Esta relación causa-efecto, puede ser expresada como una función lineal, en donde el agrado es función de la proporción de actitudes semejantes.
    ¿Por qué las actitudes semejantes influyen en la atracción? Esto se debe a que vean un afecto positivo, por tanto se pone en funcionamiento el modelo de Byrne.
    Por otra parte esto es explicable según la teoría de Heider del equilibrio, de manera que el equilibrio existe cuando dos personas están de acuerdo en algún tema. Por el contrario, cuando dos personas se caen simpáticas pero están en desacuerdo surge un estado desagradable de desequilibrio; en esta situación cada uno de ellos lucha por restablecer el equilibrio, cambiando sus actitudes para llegar a un acuerdo, y convencer a la otra persona de que cambie también sus actitudes para que el desacuerdo sea menor. Otra situación es el no equilibrio, las dos personas se caen mal y a cada uno le es indiferente la actitud del otro.

    Respecto a la Semejanza Física, la creencia común es que los opuestos se atraen, es decir, resulta más atractivo personas diferentes. Sin embargo en las investigaciones `la regla de la semejanza' o `hipótesis del emparejamiento' se basa en que las parejas se forman en función de su parecido en atractivo físico, ya que normalmente cuando se considera que están “mal emparejados” estas personas se perciben más negativamente y se valoran como “menos hábiles”.
    En general la hipótesis del emparejamiento se basa en que las personas se atraen como parejas en función de atributos similares (atractivo físico, edad, raza, personalidad e incluso posesiones sociales).

    IV. RECIPROCIDAD: Una vez que dos personas descubren suficientes áreas de semejanza para avanzar hacia una amistad, cada uno de ellos debe demostrar de algún modo que la otra persona le cae bien, y es evaluada positivamente. Una evaluación positiva o negativa influye en la atracción y en la conducta interpersonal. Las personas que creen haber sido evaluados positivamente expresan más actitudes positivas, y tienen más características comunes, en este sentido, se expresan y consideran a la otra persona más atractiva y la evalúan a su vez mejor. En una 1ª fase se da a nivel no verbal e indicadores no verbales. En general nos gustan aquellos a quienes les gustamos o creemos que gustamos.


    Así que satisfechas estas condiciones, aparece alguien que sensibiliza al individuo de alguna manera y – entre tantas personas con las cuales hace contacto – una le despierta una especial atención. Surge un creciente y casi incontrolable deseo de acercarse, conocerla más cercana, identificar puntos en común, conocer su nombre, sus gustos e intereses, lo que hace,  donde vive, y principalmente, si habrá alguna posibilidad de aproximación. Todos los recursos disponibles serán movilizados – sea la ayuda de amigos comunes, sea el riesgo de una osada auto presentación, en vivo o por medio de una llamada telefónica, computadoras, redes sociales. Hoy día todas estas tácticas son unisex – después de los movimientos de la liberación femenina – pero que eran más comunes entre los varones hace un tiempo. Así tienen inicio los movimientos de abordaje del potencial compañero (a), que incluye un intenso y extenso contacto visual.
    Cuanto más ocurren señales de bienvenido(a), más crece dentro de la persona la convicción de que está delante de la realización de sus sueños y fantasías. La esperanza de caer en las gracias de aquel ser encantado que cree ser capaz de complacer sus carencias, contiene una mezcla de alegría y aflicción. La alegría será en razón de ser acepto (a) y crear un vinculo amoroso, y la aflicción en caso de ser rechazado.

    De ahí, el fuerte miedo de desagradar que hace  que preocupe lo que piensa la persona de interes. Además, suele suceder una cierta dependencia de sus acciones, palabras y gestos, hasta la creciente curiosidad en conocer a alguien tan íntimamente que provoca devaneos, sueños y noches sin dormir. La química cerebral presenta una sensible modificación, convirtiendo la pasión en una experiencia increíble, fuertemente excitante y produciendo un estado alterado de la conciencia, bordeando la irracionalidad desenfrenada e incontrolable.

    Si todo transcurre bien, dentro de las expectativas de aquella persona y ocurre la reciprocidad de los sentimientos, comienza el vínculo afectivo, desembocando en la etapa siguiente del amor romántico o apasionado.

    En la hipótesis de no lograr éxito, es siempre posible haber cierta meloseria, desde los besos y abrazos y toques variables con el cuadro de referencia de los enamorados. Tales caricias sirven para mitigar el “hambre de contacto”, y se puede parar en este punto o progresar hacia el estadio siguiente.

    3) El Amor Romántico o Apasionado

    ¡És la gloria! A partir del momento en que se establece el vínculo de reciprocidad afectiva, tiene comienzo un periodo de mucha alegría y contentamiento. Son comunes las sonrisas – los amantes se ríen sin una razón especial. Ellos se miran mucho y manifiestan el deseo de estar juntos todo el tiempo disponible y en la mayor proximidad física posible.

    Frecuentemente son escuchadas las frases típicas de esta fase romántica: “yo sólo voy si tu vas conmigo”, “sin ti nada tiene sentido”, “cuando estoy contigo me siento completo y feliz”, etc.

    No obstante sea propalado que el amor romántico sólo es verdadero si fuere a la primera mirada, en la vida real esta instantaneidad es mucho más la excepción que la regla general. El más común es ocurrir un proceso gradual en el envolvimiento, facilitado por la proximidad física en el entorno profesional o mismo mediante encuentros reiterados, principalmente cuando pasan a salir juntos. Aquí se repite el binomio fundamental para que suceda una determinada reacción química: afinidad y contacto.

    A menudo suele suceder que una amistad muy íntima con una complicidad creciente termine por convertirse en un vínculo amoroso. En este caso, hay una facilitación mayor por las conclusiones favorecidas por las observaciones obtenidas de modo no sospechoso y privilegiada acerca de las calidades de aquella persona. Además es más fácil la constatación de las afinidades y compatibilidad o no.

    En el amor romántico hay una comprobada alteración en la química cerebral con una apreciable elevación de los neurotransmisores DOPAMINA y ENCEFALINAS como las ENDORFINAS, substancias naturales similares en sus efectos a la morfina. Eso esclarece el arrebatamiento e inspiración que todos los amantes apasionados demuestran y también delante de la más pequeña señalización de reciprocidad por el objeto de deseo.

    És digno de nota que existen tres factores que hacen con que el apasionamiento se ponga más fuerte e intenso, de modo directamente proporcional: distancia, represión, y obstáculos. Observemos desde aquí, que estos factores desaparecen con el matrimonio. Sin embargo, el período de amor apasionado, independiente de casarse o no, tiene duración limitada entre un año y dos años y medio, de acuerdo con investigaciones fidedignas. La química cerebral cambia, afectando los sentimientos, los pensamientos y las actitudes de los compañeros amorosos, que independientemente de sus buenos-propósitos perciben la transmutación de esta fase romántica en otra forma de amor en transición o en una modalidad denominada amor compañero.
    Segun Starnberg, el amor romantico cumple con dos de los requisitos para tener un amor consumado, estos son la intimidad entendida como el cariño y la pasión.
    Archivo:Triangular Theory of Love - Español.svg

    Por su parte, John Lee un sociólogo canadiense, en los años 60 encontró seis formas de amor, hizo una clasificación para la que utilizó nombres griegos y latinos, y describió algunas de las características de estos amores. Afirma J. Lee que el estilo de amor de una persona no es invariable, y que depende en gran medida de la pareja con la que esté en ese momento así como de la relación que se establece entre ambos.
    Publicó su estudio en la obra Lee, J.A (1973) The colors of love: "An exploration of the ways of loving"

    Los nombres que utilizó para su clasificación son los siguientes:

    Eros, alude al amor basado en la atracción física, un magnetismo sexual intenso.

    Ludus, modalidad festiva del amor. los amantes lúdicos se enzarzan en toda clase de juegos sexuales, pero sin que sientan un gran apego el uno por el otro.

    Storge, consiste en la simpatía y el afecto producto de la amistad. Es un tipo de amor estable, capaz de resistir las crisis, pero le falta apasionamiento.

    Manía, amor arrebatado y confuso, implica delirio y turbulencia emocional, trepa por la montaña del éxtasis o se desliza hacia las simas de la desesperación.

    Pragma, es un amor más práctico y controlado. El amante pragmático busca la pareja idónea teniendo en la mente una lista de las cualidades que desea hallar en el compañero/a.

    Ágape, se basa en la tradicional concepción cristiana de amor, entendido como un cariño sin exigencias, paciente, bondadoso y omnipresente.


    4’) Amor en transición

    Comprende el desarrollo más común en que se convierte el amor apasionado, ocurriendo espontáneamente en 95% a 99% de las parejas. Es una fase bastante importante, que guarda una relación directa con el periodo del apasionamiento, pues todo lo que fue dejado de ser visto o notado por cuenta de la intensa vibración, idealización y fantasías, ahora será verificado de manera muy rigurosa y exigente. En este periodo crucial que, según las mejores estadísticas, sucede entre dos años y medio y cinco años de relacionamiento, aparece una serie previsible de eventos, entre los cuales señalamos:

    • Una implosión de las fantasías y un verdadero descascarar de la realidad-aquí más nada pasa sin notarse y el criticismo, las cobranzas serán inevitables para cosas banales que en el apasionamiento eran excusadas y/o ignoradas, ej: ella se irrita porque él aprieta el tubo de la crema dental en la mitad o arriba en vez de apretarlo por abajo. En compensación, si antes él no se incomodaba por que ella roncaba, o masticaba con la boca abierta, y lo encontraba gracioso, ahora es motivo de criticismo, impaciencia y protestas.

    • Pasan a existir cobranzas y exigencias para que el otro sea aquello que fantasearon ser y tener sus expectativas cumplidas. Es común: resentimientos, congojas y frustraciones acompañando a la dolorosa constatación o hasta mismo la sensación de haber sido aludido(a).la frase típica de este momento es: “¡él (ella) no es nada de lo que yo pensaba que era!”.

    • Pueden aparecer los celos en alta intensidad, frecuentemente de aquel ítem que en el apasionamiento fue un factor de atracción. ej: la sensualidad, la manera afectuosa de tratar a las otras personas, principalmente a las del sexo opuesto, y aun mismo detalles corporales que se reflejan en las protestas por el uso de ciertas piezas de ropa.

    • La vibración disminuye y llega a desaparecer, manifestada por la drástica reducción de la frecuencia sexual acompañada o no por un aburrimiento, indiferencia y fácil impaciencia.

    • Ocurre también un test de si mismo, del otro y de la propia relación, vertido en pensamiento frecuente, verbalizado o no:”lo puedo pasar sin él”; “ella lo puede pasar sin mí”; “yo puedo pasarlo sin esta relación”.

    Todas las fallas e imperfecciones observadas en este periodo de transición amorosa sirven de telón para poner a prueba la realidad de la pareja y, cuando se perciben de que sus carencias básicas no fueron rellenadas, usan a la frustración implícita como ingrediente para activar una fase aun mas seria, que es la propia crisis conyugal.

    4) Amor compañero

    Sería la transmutación ideal del amor romántico, en el cual se establece una evidente dependencia emocional, encuanto en este se estabiliza el relacionamiento basado en una saludable interdependencia. Espontáneamente, sin ninguna ayuda psicoterápica apenas 1% a 5% de las parejas logran alcanzar este estadío en que los cinco parámetros de una relación saludable:

    Confianza, Respeto, Admiración, Intimidad-Ternura y Sexo están en un equilibrio saludable. El envolvimiento, el compromiso, la sintonía psico-afectiva y sexual propician una exquisita sensación de completud y paz interior que habitualmente se describe como felicidad. La relación es revigorizante, segura y rica en alegría y afecto. La simple presencia de la otra persona en el mismo entorno, aun que sin los furores de la pasión que induce a una fuerte proximidad física, transluce la inmensa sintonía que caracteriza el amor compañero. Existe un legitimo interés en el bienestar del otro, siendo este, quizás, el mas fiel indicativo del substantivo abstracto llamado Amor. Como materialización de este sentimiento contenido en el vínculo amoroso vendrán las celebraciones físicas de una gratificante vida sexual, tanto en términos cualitativos como cuantitativos.

    5) El amor en conflicto:

    En detrimento de la fase de transición amorosa naturalmente venir después del amor-apasionado, y por el hecho de que las comunicaciones se han tornado tensas, he que tiene lugar en algún momento entre cinco años y medio y ocho años y medio la crisis conyugal. – hay quienes nombren de “crisis de los siete años”, pero no hay nada relacionado al cabalístico número siete.

    He visto parejas alcanzaren esta crisis con poco más que un año de relacionamiento, como también he podido ver parejas que por diferentes circunstancias (hijos, cambio de ciudad, catástrofes, etc.), ¡postergaron esta crisis para doce años de matrimonio o más!

    La realidad es que esta crisis por la que pasa un vínculo amoroso puede venir a ser una etapa decisiva en la vida de la pareja, y puede hasta mismo ser una crisis positiva en términos de cuestionamiento y de crecimiento.

    De hecho, el conflicto se instala a través de una previsible lucha por el poder, una disputa velada o explícita para ver quien es el dominante. La situación se pone mucho más tensa con los juegos de poder que ocurren, seguidos por altercaciones en lugar de diálogos constructivos. Los conflictos que eran excepción, ahora se tornan la regla, con enganchos frecuentes, ofensas al otro o a sus familiares (= pecado mortal) y las agresiones que verbales, se tornan en morales y, no raro, físicas, sea de modo simbólico, sea de modo ostensivo y abierto. La tempestad puede ser contínua o intermitente, pero puede dejar marcas irreversibles. Como el entorno se pone casi insoportable, la crisis puede tomar uno de los tres siguientes caminos: tregua, resolución definitiva o el desapego, este último consecuente al desgaste del amor y las dudas.

    6’) La resolución

    Constituye la mejor solución para el amor en conflicto, pues puede conducir la relación de vuelta al amor romántico, con derecho a segunda luna de- miel, cenas a la luz de velas, etc., pero jamás retornan al apasionamiento inicial, pues las idealizaciones y fantasías ya fueron incluidas en el estádio del amor en transición. Ya hubo un verdadero desenmascarar de la realidad, no más siendo admisible como antes “ver al otro como deseamos, en vez de cómo es”. Puede haber una revigoracion y hasta mismo un fortalecimiento de la confianza en el éxito de la relación, basados en la experiencia progresa.- no obstante la resolución dependa de motivación bilateral, cooperación, es innegable que un inicio apasionado de la relación puede influir sobremodo en la resolución de la crisis. Una mediación a través de una terapia de pareja, o espontáneamente por intermedio de un amigo común puede suceder si ambos tienen el deseo de preservar el vínculo y priorizar la relación. Sin embargo, lo imponderable puede ser factor de peso para una rápida y definitiva reconciliación. Refierome a eventos imprevisibles, pero de importancia capital, tales como: -una grave enfermedad en la familia, un secuestro, la muerte de un hijo, abuso de drogas por un hijo, etc.

    La seña puede ser:” nosotros peleándonos por cosas tan pequeñas…”.

    De ahí puede advenir una resolución definitiva de los conflictos, llevándolos de vuelta al amor romántico y, con suerte llegando al deseable amor compañero.

    Infelizmente, a veces retorna al amor en transición, terminando por desembocar en nueva crisis conyugal.

    6) Tregua

    Es la más frecuente resolución del amor en conflicto. Por no pasar por un proceso más elaborado, en el cual los compañeros puedan desahogarse y decir todo lo que no les gusta y proponer las soluciones cabibles y aceptables con dignidad, en la mayoría de las veces apenas hacen las paces sólo para que se interrumpa la situación hostil. Es común acumular una perniciosa colección de malos sentimientos crónicos, sólo para que se salven las apariencias delante de los amigos, hijos y parientes, hasta mismo por falta de autonomía económico-financiera. Por causa de estos sentimientos acumulados y de asuntos mal-solucionados durante la fase del amor en conflicto es que, mismo la propuesta siendo la de alcanzaren una estabilización de la relación (= amor compañero) se torna frecuente el número de parejas que sufren un desencaminarse, alcanzando de nuevo la transición amorosa, y luego desembocando en nueva crisis conyugal. En estas crisis pueden surgir las perniciosas relaciones extra-conyugales, que sustraen energía de la relación, aumentan la impaciencia y predisponen a los conflictos. Nuevas treguas pueden suceder y se desviaran para nueva crisis. Después de un relativo número de crisis la relación marcha para un desapego-desapasionamiento.

    7) El Desapasionamiento

    Variable, de pareja para pareja, el desgaste vendrá inexorablemente después de los sucesivos conflictos. Las consecuencias más previsibles serán observadas en las comunicaciones que pasan a ponerse cada vez más escasas, tensas y con menor sintonía, intimidad y un decreciente interés en el bienestar de la otra persona. Aquí ya puede suceder que uno de los dos se empeñe en otra relación, para desesperación de la otra persona que podrá estar, aun en otro estágio, y llena de esperanza en rescatar la relación. Nada siendo hecho para evitar la ruptura inminente del vínculo, la relación alcanzará en un tiempo variable, de una pareja para otra, la última etapa: el desamor.
    8) El desamor

    Es el final de la vinculación afectiva, el enfriamiento total de la relación, acompañado de la sensación de no  estar amando más a  aquella persona que significó e inspiró tan cálidos sentimientos. En este estágio no hay mas retorno posible, por lo menos a corto plazo. Puede haber el reemplazo inmediato o mediato de aquel objeto amado, que ahora parece tan distante y tan extraño. Tal extrañeza es manifestada por pensamientos y sentimientos de improbabilidad, tipo_” ¿¡yo besé aquella persona!?”, “¿¡ya la toqué íntimamente?!”,” ¿¡De verdad!?”. No deja de ser un final algo melancólico para una historia que empezó tan bella y emocionante.

    Curiosamente, el que ha tomado la iniciativa del rompimiento, generalmente sufre menos y se pone más vulnerable a una nueva relación, en cuanto que el que fue dejado atrás puede pasar por un periodo refractário, a menos que ya posea a alguien preparado para empezar todo de nuevo. Sería deseable que ambos se dieran un tiempo para elaborar la pérdida, antes de asumir un nuevo compromiso, so pena de repetir los mismos errores de la relación pasada.

    ¿Qué hacer para prevenirse contra los posibles engaños y desgastes

    recurrentes de la propia dinámica de las relaciones amorosas? Lo primero es tener en la mente la existencia de todos estos eventos, inherentes a la propia condición humana y a sus motivaciones inconscientes para el vínculo amoroso.

    Es siempre bueno empezar bien la relación, apasionándose pero sin descalificar su percepción, ni tampoco endiosar aquella persona atribuyéndole predicativos irreales. Busque ver y entrever a la otra persona como es, y no como te gustaría ella fuese. Evite coleccionar malos sentimientos de la persona amada. Si es necesário, ve la posibilidad de una buena pelea, diciendo al otro lo que siente y piensa de negativo, sin herir el Yo ajeno. También si tiene algo positivo, no economice este refuerzo, pues podrá mejorar su autoestima.

    Trate de separarse emocionalmente de su familia nuclear e investir energía emocional en su vínculo amoroso, creando de este modo una identidad como pareja pues es igual a cortar el cordón umbilical y asumir su maturidad.

    Esto no pasa por cuenta del acaso, y predispone a formar vínculos simbióticos. Saber respetar la autonomía de cada cónyuge, no implica en abrir mano de intimidad y compañerismo. Velar por relaciones sexuales gratificantes es fundamental, tanto como un nivel de complicidad, aceptación y ternura, buscar mantener el buen humor, la recreación y la alegría mismo en los momentos mas difíciles, ocasión en que la solidaridad es imprescindible.

    Recordando que una relación nunca estará lista, conviene revigorarla dentro de la propuesta original, a pesar de los cambios que el tiempo trae. Y para inspirarlos, aun más, quiero hacer mías las palabras de Virginia Satir, al proponer un ENCUENTRO VERDADERO (Tomada del texto etapas del amor romántico de Antonio Pedreira Médico Psicoterapeuta y Educador).

    Soneto XVII
    No te amo como si fueras rosa de sal, topacio

    o flecha de claveles que propagan el fuego:

    te amo como se aman ciertas cosas oscuras,

    secretamente, entre la sombra y el alma.

    Te amo como la planta que no florece y lleva

    dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,

    y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo

    el apretado aroma que ascendió de la tierra.

    Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,

    te amo directamente sin problemas ni orgullo:

    así te amo porque no sé amar de otra manera,

    sino así de este modo en que no soy ni eres,

    tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,

    tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

    Pablo Neruda-

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